Algo nuevo
Bienvenidos:
Gracias a cierta aplicación, conocí a un usuario muy interesante (gracias por tus comentarios) y me planteó crear una historia a su dibujo.
Además; me encantaría, crear una nueva sección en el blog (más adelante les avisaré).
Gracias a cierta aplicación, conocí a un usuario muy interesante (gracias por tus comentarios) y me planteó crear una historia a su dibujo.
Además; me encantaría, crear una nueva sección en el blog (más adelante les avisaré).
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| El dibujo pertenece a Lucas Ian Coliman |
Nota:
En la parte superior se aprecia una araucaria (me dijo que es un árbol muy típico de su país).
Cierto día, fue a jugar con su hermano mayor a un parque muy bonito, cubierto por preciosas flores que desprendían un dulce aroma.
En aquel lugar, plagado de familias, Manuel pudo observar una araucaria que le recordaba el poco cabello que tenía su amable abuelo, quien murió hace un año.
Rió por su idea y en ese instante, se escabulló de la atenta mirada de su hermano mayor e intentó acercarse a ese gracioso árbol.
De pronto, escuchó que alguien pronunció su nombre; pero, no encontró la estricta mirada de su hermano mayor. Suspiró aliviado y retomó su camino hacia el árbol.
Los minutos pasaron, Manuel llegó a su destino y pudo apreciar la araucaria que se erguía orgullosa.
Debido a su extrema curiosidad tocó el tronco del gran árbol y una mano deforme (muy grande) salió para halar al pobre niño. El pequeño gritó y gritó; pero, por alguna razón, nadie podía escuchar su llamado de auxilio.
Una voz tétrica y malvada le decía que odiaba el simple hecho de que alguien toque su casa sin causa aparente ; el pequeño rogaba por un poco de piedad y prometía no volver a tocar el refugio de la voz malvada.
A pesar de sus ruegos, la mano deforme jalaba con más fuerza al pequeñín.
Manuel se sentía perdido, sería tragado por un árbol, cuando pensaba que todo acabaría (para mal); una voz muy familar inundó sus oídos...
Su abuelo...su querido abuelo, detuvo a la mano deforme y, como por arte de magia, el imponente árbol se convirtió en un violín sin cuerdas muy pequeño, parecía un llavero.
Nadie notó que la araucaria había desaparecido, excepto Manuel que conservó el pequeñísimo violín, su hermano lo encontró y juntos emprendieron el regreso a casa.
Debo agregar que el dibujo me inspiró a crear una historia rara y que el cuento es de mi completa autoría (el plagio es malo).
Reitero que el dibujo no me pertenece.
En la parte superior se aprecia una araucaria (me dijo que es un árbol muy típico de su país).
La extraña experiencia de Manuel
Manuel era el niño más tierno del mundo, su sonrisa iluminaba y alegraba a toda su familia.Cierto día, fue a jugar con su hermano mayor a un parque muy bonito, cubierto por preciosas flores que desprendían un dulce aroma.
En aquel lugar, plagado de familias, Manuel pudo observar una araucaria que le recordaba el poco cabello que tenía su amable abuelo, quien murió hace un año.
Rió por su idea y en ese instante, se escabulló de la atenta mirada de su hermano mayor e intentó acercarse a ese gracioso árbol.
De pronto, escuchó que alguien pronunció su nombre; pero, no encontró la estricta mirada de su hermano mayor. Suspiró aliviado y retomó su camino hacia el árbol.
Los minutos pasaron, Manuel llegó a su destino y pudo apreciar la araucaria que se erguía orgullosa.
Debido a su extrema curiosidad tocó el tronco del gran árbol y una mano deforme (muy grande) salió para halar al pobre niño. El pequeño gritó y gritó; pero, por alguna razón, nadie podía escuchar su llamado de auxilio.
Una voz tétrica y malvada le decía que odiaba el simple hecho de que alguien toque su casa sin causa aparente ; el pequeño rogaba por un poco de piedad y prometía no volver a tocar el refugio de la voz malvada.
A pesar de sus ruegos, la mano deforme jalaba con más fuerza al pequeñín.
Manuel se sentía perdido, sería tragado por un árbol, cuando pensaba que todo acabaría (para mal); una voz muy familar inundó sus oídos...
Su abuelo...su querido abuelo, detuvo a la mano deforme y, como por arte de magia, el imponente árbol se convirtió en un violín sin cuerdas muy pequeño, parecía un llavero.
Nadie notó que la araucaria había desaparecido, excepto Manuel que conservó el pequeñísimo violín, su hermano lo encontró y juntos emprendieron el regreso a casa.
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¿Qué opinan?
Reitero que el dibujo no me pertenece.
Me encantó! Muy bueno, felicitaciones, además pudiste incluir todo lo que había en el dibujo, naturaleza, el árbol y me sorprendió lo del violín, que tiene conexión con el contrabajo que son instrumentos de cuerdas frotadas! Y sobre todo la manera de poder crear una historia llamativa.
ResponderBorrarGracias, me alegra que te haya gustado.
BorrarDisculpa, debí preguntarte acerca del instrumento en el dibujo(¡qué vergüenza!), espero puedas comprender que no soy una experta, además esta es la primera vez que publico un cuento en mi blog.
Hasta la próxima.